domingo, 26 de mayo de 2019

La propia imagen del niño


 

Tras el visionado de este vídeo, podemos reflexionar sobre algunas cuestiones.

La primera cuestión que refleja el vídeo es que, cuando somos adultos, todos o casi todos tenemos algo que nos gustaría cambiar de nuestro cuerpo. Creo que esto nos pasa por la cantidad de problemas (tanto internos como externos) que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, los cuales han venido derivados de ciertas características de nuestro cuerpo, ya sean físicas o psíquicas, que han resultado ser un hándicap.

Otra cuestión importante a destacar del vídeo es que los niños no cambiarían nada de su cuerpo. No tienen problemas con sus rasgos o sus características. Los problemas vienen más tarde y suelen venir por agentes externos a ellos. Como mucho, les gustaría tener "una cola de sirena", "unas alas" o "unas patas de chita" como han manifestado algunos de los niños del vídeo. Pero nada más. En este aspecto, creo que deberíamos aprender mucho de los niños. 

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No obstante, también es cierto que hay niños con problemas en la visión de su propia imagen corporal, por diversas circunstancias.




¿Cómo podemos contribuir en la construcción de una buena imagen corporal?

Considero que lo mejor es que, desde nuestra posición como docentes, promovamos actividades interactivas donde los alumnos se conozcan, conozcan su cuerpo, vean la diversidad de cuerpos que existen... De esta manera, verán que su cuerpo es uno más de tantos que hay en el mundo, y que no existe uno que deba ser el prototipo.


-  Estas actividades pueden ser fichas donde tengan que rellenar textos con sus datos y hacer que observen cómo es su cuerpo, preguntándoles si ven algo malo en ellos.

-  También podemos trabajar la identificación de las partes del cuerpo de varios tipos de modelos de persona, seguido de una serie de preguntas de reflexión, tales como ¿alguno de los cuerpos te parece mejor? ¿por qué?: con estas preguntas podremos hacerles ver que todo cuerpo es válido y que no hay ninguno perfecto.

-  Podemos ponerles en grupos y hacerles que se describan unos a otros, escribiendo tres cualidades físicas y psíquicas de los demás en un papel (anónimo) y luego leerlo en alto. De esta forma cada niño podrá ver las virtudes que tiene su cuerpo y su forma de ser para así potenciar su autoestima.

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Creo que este tema es muy importante a tratar, pues la imagen que cada uno tiene de sí mismo puede ofrecer limitaciones o posibilidades a la hora de enfrentarse al mundo. Por tanto, es necesario que este tema se trate también en la escuela, siendo los profesores los principales agentes que dirijan este proceso.

Los derechos del niño en la escuela

Este tema fue uno de los tratados por los grupos de equipo, en cuya información me he basado para hacer esta entrada. En él se pone de manifiesto la importancia de que los niños merecen un trato especial al de los adultos. Necesitan más apoyo y más protección. 

Desde la escuela (al igual que desde cualquier contexto), es una realidad que los niños merecen una serie de derechos, y por ello es necesario dejar claro cuáles son:

  • Recibir una formación que asegure el desarrollo de su personalidad.
  • Igualdad de oportunidades.
  • Que su rendimiento escolar sea evaluado de forma totalmente objetiva.
  • Una actividad académica que se desarrolle en las debidas condiciones de seguridad e higiene.
  • Que se respete su libertad ideológica y religiosa.
  • Que se respete su integridad física y moral y su dignidad personal.
  • Participar en lo relacionado con la vida del Centro.



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¿Por qué son importantes estos derechos?

El primero se traduce en la posibilidad que debe ofrecer la escuela a los niños para poder formarse como personas, conocer sus gustos, con qué están de acuerdo y con qué no... En general, deben contribuir a la formación de su personalidad. Esto es importante, pues en un futuro deben ser críticos y razonables con lo que les ofrece su vida.

El segundo es fundamental por el mero hecho de la igualdad: lo justo es que todos tengan las mismas oportunidades y por ello esto es un derecho.

El tercero es un derecho que es necesario, pero pienso que muchas veces no se lleva a cabo. La objetividad siempre es una aspiración difícil de conseguir para las personas, las cuales somos muy subjetivas. Esto también lo se traslada al rendimiento escolar, el cual en ocasiones no se evalúa objetivamente sino que se deja llevar por otros factores sujetos a la personalidad del profesor. También hay que decir que existen profesores muy competentes que desempeñan su trabajo adecuadamente, siendo objetivos con los resultados de los niños. De cualquier modo, este derecho es muy importante para poder garantizar el conocimiento del rendimiento del niño tal y como es, y poder realizar así actuaciones que favorezcan dicho rendimiento. 

El cuarto parece obvio pero no hay que olvidarle. La seguridad y la higiene son dos factores fundamentales en una enseñanza de calidad. 

El quinto hace referencia a la libertad ideológica y religiosa. La educación busca acabar con la intolerancia religiosa, pues todos tenemos derecho a tener nuestra propia ideología y religión y no por ello merecemos ser menospreciados, rechazados o discriminados.

El sexto es también imprescindible: la dignidad de un niño o de cualquier persona adulta jamás debería ser violada. Todos tenemos el mismo valor como persona y hay que contribuir a cultivar ese valor.

El séptimo y último de la lista refleja la importancia de la participación de los niños en el centro, lo cual es un derecho. No deben ser excluidos de toda actividad realizada en el mismo; deben estar en todo momento integrados en la dinámica educativa del centro. 


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En conjunto, creo que el profesor no debe olvidar que el alumno es el protagonista del centro y es quien debe crecer y desarrollar su persona. Por ello, se deben cuidar todos estos derechos, para garantizar así una buena educación de calidad que promueva el correcto desarrollo de los niños. 

sábado, 25 de mayo de 2019

Educación en valores en la escuela

Antes de nada, quiero lanzar una pregunta:



¿La escuela debe educar en valores o es una responsabilidad de las familias?

Sinceramente creo que es una responsabilidad compartida: ambas deben educar en valores. Pero si cabe destacar uno de los dos, pienso que la escuela debe tener mayor peso en este proceso, pues es la que cuenta con personas formadas y especializadas en la educación. 


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Una vez aclarado dicha cuestión, me gustaría señalar 10 valores fundamentales que deberían ser transmitidos a los niños (González, 2014):


1. Empatía: aprender a ponerse en el lugar del otro, comprender cómo se sienten y los pensamientos ajenos.

2. Humildad: no hay que mostrar superioridad con respecto a alguien o a algo. Esto le permitirá conocerse mejor e intentar mejorar su forma de ser.

3. Autoestima: es fundamental valorarse a sí mismo. 

4. Compromiso: hay que dar valor a lo que decimos; hay que cumplir con lo que se dice.

5. Gratitud: es importante sentirse agradecido con el resto de personas.

6. Amistad: los niños deben aprender a cuidar y querer a través de sus relaciones más cercanas, conociendo el verdadero valor de la amistad.

7. Optimismo: huir del pensamiento negativo que ciertas cosas de la vida nos ofrece proporciona fuerza y resistencia en situaciones difíciles y en nuestro día a día.

8. Paciencia: deben aprender a huir del "aquí y ahora" y empezar a aceptar la espera. De esta forma controlarán su impulsividad y mostrarán una actitud más serena en su vida.

9. Esfuerzo: todo lo que se consigue requiere trabajo y constancia, y esto se debe aprender. Al igual que en la paciencia, hay que huir del "aquí y ahora".

10. Felicidad: para conseguir este valor, es importante haber cultivado la alegría, optimismo, sentido del humor, entre otros.


A parte de estos valores, a mi se me ocurren otros muy importantes como la tolerancia, la igualdad o el respeto hacia los demás. Estos valores son fundamentales para la formación de la integridad de una persona.


¿Se trabajan en la escuela?

Creo que muchas veces sí se trabajan, pero algo debemos hacer mal cuando siguen sucediendo casos de racismo, bullying, fracaso escolar derivado de la falta de confianza... Creo que ahí también tienen un papel muy importante los padres, quienes pasan gran tiempo con los niños y los educan en multitud de valores. Si las familias y la escuela trabajaran sobre el mismo camino, el aprendizaje de estos valores sería mucho más eficaz, ya que hay muchos casos de familias desestructuradas (y no desestructuradas) que incumplen estos valores e incluso inculcan valores totalmente contrarios. 

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Y vosotros... ¿pensáis que estos valores se trabajan adecuadamente en la escuela?





Bibliografía:

González, Ó. (24 de octubre de 2014). ABC Blogs. Obtenido de https://abcblogs.abc.es/escuela-padres-talento/otros-temas/10-valores-fundamentales-para-educar-a-tus-hijos.html

El tutor y la familia


Tanto el tutor como la familia de los niños son agentes muy importantes en su proceso de desarrollo y aprendizaje. Son las personas con las que más tiempo pasan, y por ello son los que deben dirigir el comportamiento y desarrollo de este. Para llevar una actuación conjunta, es fundamental que exista una comunicación constante entre ellos.

Hay varios estilos de comunicación entre los padres y los tutores, los cuales vimos en clase de Educación y Sociedad durante la exposición de un trabajo. Además, vienen también especificados y explicados en el siguiente vídeo:



Este vídeo aporta información sobre dos estilos o modelos distintos de comunicación:

En primer lugar habla del modelo agresivo: los interlocutores se mantienen distantes, emplean un tono de voz elevado y agresivo, invaden el espacio personal del otro, no se respetan el turno de palabra y se culpabilizan el uno al otro.


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Un ejemplo de este modelo sería el siguiente: mi tía en una ocasión me contó que cuando fue a hablar con el maestro sobre el comportamiento que tenía mi primo en clase, el cual era un tanto disruptivo, acabó enfadándose con el profesor y no llegaron a ningún acuerdo. Yo le pregunté la razón, porque no la conocía. Ella me dijo que en cuanto llegó, el profesor estaba bastante cabreado y empezó ha hablar del niño con un tono elevado y agresivo, sin darle la oportunidad hablar. Como la situación continuaba, mi tía también se enfadó y empezó ha hablar de la manera que él: interrumpiéndole y elevando cada vez más la voz. Al final la conversación terminó y lo peor de todo es que no llegaron a ningún acuerdo.

En esta situación hay que analizar y reflexionar sobre algunos aspectos. Lo primero son las formas de iniciar la comunicación por parte del profesor teniendo en cuenta la finalidad del asunto: tratar de solucionar la conducta disruptiva de mi primo. Si comienzas la comunicación con una postura desafiante, tono elevado y sin dejar hablar al otro, lo más probable es que el otro se enfade y se comporte de la misma manera en que lo estás haciendo tú.
Otro aspecto a destacar es la falta de intención por parte del profesor en llegar a un acuerdo con el otro interlocutor para solucionar el problema; si de verdad quieres solucionar un problema, hay que actuar contribuyendo a su solución y no obstaculizándola, y comportarse de esta forma solo lo obstaculizará.

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En segundo lugar, el estilo del que habla es el modelo asertivo: existe comunicación entre ambos interlocutores, hay agradecimientos por parte del profesor y de los padres, hay empatía, comprensión y colaboración, y se proponen soluciones.


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Para este modelo pondré un ejemplo propio. Recuerdo que hace unos años fui a hablar con mi tutor porque había tenido problemas con otro profesor. Yo estaba bastante indignado y enfadado por la situación, pero le expliqué con calma lo que ocurría y mantuve una postura receptiva en todo momento. A mi tutor le impactó la situación, pero me escuchó en todo momento y me atendió debidamente. Al final, ambos llegamos a un acuerdo sobre lo que hacer ante esa situación.

En este ejemplo, se ve de forma clara el enfoque asertivo. Las formas de comunicarnos contribuyeron a la escucha activa y a la propuesta de soluciones al problema. Hubo respeto en todo momento y se buscaba llegar a un acuerdo por parte de ambos interlocutores.



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Para finalizar el tema, quiero considerar que lo más importante es no olvidarse del porqué quieres hablar con el profesor (o con los padres en el caso del docente): la comunicación debe servir para solucionar problemas y llegar a acuerdos mutuos que permitan la construcción conjunta de propuestas que sirvan para dirigir el desarrollo del niño por el buen camino.



viernes, 24 de mayo de 2019

La televisión en el ámbito educativo

La televisión es un medio muy potente a partir del cual se recibe y se obtiene gran cantidad de información. Los niños pasan mucho tiempo con este recurso, incluso mientras realizan tareas escolares. 

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Recuerdo que cuando era niño, solía encender la televisión mientras hacía los deberes que me habían mandado, o incluso a veces la veía mientras estudiaba para algún examen. Cuando veía que tardaba mucho en realizar mis tareas por culpa de la distracción de la televisión, la apagaba y me ponía a hacer mis tareas concentrado. 

En mi caso, yo sí que me daba cuenta en múltiples ocasiones de lo que suponía la televisión para mi vida académica, pero hay muchas niños que no. La falta de concentración ocasionada por la televisión provoca muchas veces malos resultados académicos. Pero no solo ocurre este efecto negativo, sino que además ocurre lo siguiente (Guiainfantil.com, 2015):

- Leen menos libros, pues el tiempo dedicado a la televisión se lo restan a la lectura.

- Realizan menos ejercicio físico (sedentarismo).

- Problemas de sobrepeso, ligados al sedentarismo.

Como podemos ver, la televisión puede generar numerosos efectos negativos si no se sabe administrar bien. Por eso creo que es competencia de los padres y de los profesores el administrar el tiempo y el uso empleado a este recurso.


¿Cómo podemos controlarlo?


En cuanto a los padres:

  • Pueden establecer unos horarios donde puedan ver la televisión, controlando, obviamente, el contenido que ven.
  • Pueden ver la televisión juntos, de forma que les ayuden a comprender y aprender la multitud de información que este medio ofrece pero que muchas veces no entienden.
  • Deben emplear el tiempo en otras actividades que no impliquen el uso de la televisión para que esta no se convierta en una rutina o vicio: realización de actividades físicas, juegos de mesa, lectura de libros... 




En cuanto a los profesores:
  • Deben informar de las consecuencias negativas que tiene el uso inadecuado de la televisión en los niños.
  • Pueden utilizar la televisión en sus clases como medio a través del cual se pueden aprender multitud de temas.
  • Deben colaborar junto con los padres en el control y administración del tiempo empleado, en los programas que ven, pueden informar sobre cual es la mejor forma de utilizarla...



Se trata de lograr un uso que promueva el desarrollo correcto del niño, convirtiéndose la televisión en un potente recurso didáctico además de lúdico, y no en un hándicap para su crecimiento y formación. Por ello, es muy importante enfatizar en la importancia del papel desempeñado por padres y profesores, quienes deben controlar y gestionar el uso que hacen los niños de este medio. 




Biografía:

Guiainfantil.com. (13 de noviembre de 2015). Guiainfantil.com. Obtenido de https://www.guiainfantil.com/educacion/efectostele.htm

miércoles, 8 de mayo de 2019

Comunidad escolar: relaciones


La comunidad escolar es la estructura que tiene un centro educativo, con sus fines y objetivos bien definidos los cuales deben responder a las demandas de la sociedad en la cual se encuentra dicho centro (Fuentes-Sordo, 2015).



¿Quienes forman la comunidad escolar?

  • El estudiante.
  • La familia.
  • El director.
  • El profesor.
  • El personal administrativo.

De estos agentes, me gustaría destacar al estudiante, la familia y el profesor, pues las relaciones entre ellos son las más significativas y cercanas de toda la comunidad escolar.

Considero que la relación alumno-docente es sino la más importante, una de las más relevantes. El profesor debe establecer un vínculo especial con el alumnado para que la comunicación y la enseñanza sean más eficaces. 
Cuando era niño, tenía profesores en el colegio con los que me llevaba muy bien y a los que quería mucho, y recuerdo que disfrutaba dando clase con ellos solo por el simple hecho de que lo daban ellos. Por eso considero que es muy importante que esta relación sea lo más positiva posible, pues de este modo beneficiará al alumnado en todos sus sentidos.

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La relación docente-familia también es una de las más importantes. Siempre debe existir una buena comunicación entre ambos agente para contribuir a una buena enseñanza y formación del niño. Los niños suelen pasar la mayor parte de su tiempo en casa con sus familias, por lo que es importante establecer una relación con estas para enriquecer el conocimiento que los profesores tienen de sus alumnos. Por esa misma razón, es importante proporcionar sabidurías y orientaciones a las familias con el fin de mejorar su labor de educar a sus hijos. “Todos los padres tienen algo que aportar y algo que aprender” (Mariñas et al., 1999).

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Por último no hay que olvidar la relación padres-alumnos (hijos), aunque no tenga una relación directa con la comunidad escolar. Es imprescindible que esta relación se lleve a cabo de la manera más positiva posible, pues los padres constituyen una de las bases más importantes sobre la que se desarrolla un niño. En casa, los niños aprenden diversidad de valores, conceptos y realidades de la vida que son enseñadas por los padres. Todo lo que los niños aprendan en casa se verá reflejado en la escuela y será trasmitido a sus iguales, por lo que es fundamental que los padres contribuyan de forma positiva en la formación de sus hijos. 

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En la comunidad educativa debe haber relaciones positivas que generen buenos resultado en el desarrollo del niño. De esta manera, estaremos fomentando una educación de calidad, donde padres y profesores estarán unidos en el proceso formativo de los niños. 






Bibliografía:

Fuentes-Sordo, O. (2015). La organización escolar. Fundamentos e importancia para la
dirección en educación. VARONA, Revista Científico-Metodológica,Recuperado de:
https://www.redalyc.org/html/3606/360643422005/

Mariñas, M., & Rodríguez, E. (1999). Relación familia-centro escolar: participación. Revista
galego-portuguesa de psicoloxía e educación. 3, 1138-1663. Recuperado de: https://

ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/6687/RGP_4-4.pdf?sequence=1

lunes, 6 de mayo de 2019

Simuladores de Formación Profesional


A partir de la presentación de un trabajo expuesto en clase, me empecé a interesar por un recurso llamado Simuladores de Formación Profesional. Está desarrollado por el Ministerio de Educación y consta de una serie de simuladores digitales, interactivos y multimedia dedicados a distintas familias de Formación Profesional. Estos simuladores plantean, a través de simulaciones interactivas, posibles casos reales que podrían estar presentes en la vida laboral del alumnado.

En mi caso, me interesaba el Plan de resolución de conflictos en el aula, donde plantean al invitado a que resuelva diversas situaciones de conflicto a través de posibles medidas que se le plantean.

Al probar este entretenido recurso didáctico, me he dado cuenta de aspectos que tal vez sabía pero nunca había dado tanta importancia:

  • Es necesario establecer unas normas en la clase y enseñárselas al alumnado.
  • Para administrar correctamente un conflicto, es necesario seguir una serie de pasos previamente establecidos y pensados concienzudamente. 
  • Todas las acciones de un profesor tienen consecuencias sobre el alumnado, por lo que tienen un papel importante. 

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No obstante, no hay que olvidar que hay que ser flexible, y no por el hecho de que se deba seguir unos pasos preestablecidos hay que seguir siempre el mismo plan de actuación; de cualquier modo, sigo diciendo que me parece muy interesante este recurso porque se proponen diversas medidas de actuación en situaciones reales. Y ya no sólo por el hecho de que te guía y enseña para saber cuál es la más adecuada, sino que aprendes posibles medidas de actuación concretas que puede que antes desconocieras.

A continuación, os adjunto un vídeo en el que se dan unas nociones básicas de su uso y funcionamiento:




Creo que este recurso puede ser eficaz si los alumnos que lo probamos sabemos recoger los beneficios que ofrece. Nos ayuda a darnos cuenta de lo que puede haber en un aula y nos orienta en cómo debemos actuar. Da ideas a los futuros maestros y hace reflexionar, desde una perspectiva lúdica, sobre cómo tratar a los niños que están generando o viviendo un conflicto.

Lo que más me ha gustado de esta herramienta es que propone diversas actuaciones -que son habituales en la vida cotidiana de la escuela- dirigidas a distintas edades. Por tanto, considero que estos simuladores resultan muy beneficiosos para quienes queremos ser futuros docentes. Es un recurso que, sin duda, recomiendo utilizar y experimentar.