Antes de nada, me gustaría plantear una pregunta:
¿Las nuevas tecnologías tienen el mismo efecto en todas las comunidades y sociedades del mundo?
Pues este concepto hace referencia a la importante separación que tiene lugar entre las personas (o más bien estados) que utilizan las TIC -Tecnologías de Información y Comunicación- como un elemento más en su vida cotidiana, y aquellas que
no pueden acceder a las mismas bien sea porque no disponen de ellas o porque no saben cómo utilizarlas (Serrano & Marínez, 2003).
Respecto a la pregunta inicial y después de aclarar el concepto anterior, mi opinión es que actualmente las TIC no tienen el mismo efecto o la misma eficacia en todos los rincones del mundo. Hay lugares donde ya es habitual el uso de estos recursos, mientras que hay en otros donde ni siquiera saben de la existencia de estos. Es decir, que usar un ordenador o una tableta en el aula no puede tener la misma repercusión en un país desarrollado como Estados Unidos, que si se usa en uno subdesarrollado como Burundi.
El vídeo que os voy a adjuntar a continuación me resultó muy interesante, pues ayuda a entender el problema que supone la brecha digital en el mundo y lo que pueden llegar a hacer las TIC si se usaran de otra forma.
Después de ver el vídeo, me gustaría reflexionar sobre el uso que hacemos de las TIC en el mundo.
En mi opinión, las nuevas tecnologías pueden ser recursos educativos verdaderamente potentes y eficaces si sabemos sacarle partido. En los países subdesarrollados, su simple introducción supone ya un avance en la educación, pues los niños no necesitan mucha instrucción para abrir camino en este mundo que es nuevo para ellos.
Por otro lado, los países desarrollados cuentan con una amplia gama de recursos tecnológicos innovadores y actualizados, pero creo que el problema está en su inadecuada utilización. En estos lugares, los niños son nativos digitales, pues han nacido y han crecido utilizando la “lengua digital” propia de los juegos de ordenador, los vídeo e Internet, por lo que ya llevan una formación de base (Prensky, 2010). Por tanto, en este contexto hay que tener en cuenta que ellos ya dominan los aspectos básicos que ofrecen las TIC, por lo que llevan ventaja con respecto a los niños de los países subdesarrollados. Es por eso que hay que repensar la práctica educativa que se hace de las TIC en países industrializados y generar propuestas donde estos medios sirvan para desarrollar el aprendizaje de los niños de forma significativa.
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Como conclusión, considero que para contribuir la reducir la brecha digital que hay en el mundo, habría que comenzar ofreciéndoles a todos esos niños y niñas que viven en países en vías de desarrollo multitud de recursos para se familiarizaran con ellos y empezaran a introducirse en el mundo de las nuevas tecnologías.
Por su parte, en los países ya desarrollados veo necesario crear y renovar las formas de uso que se dan a las TIC en las aulas, y ofrecer nuevas formas de trabajo con ellas que supongan retos significativos para los alumnos, contribuyendo a su formación y aprendizaje.
Por su parte, en los países ya desarrollados veo necesario crear y renovar las formas de uso que se dan a las TIC en las aulas, y ofrecer nuevas formas de trabajo con ellas que supongan retos significativos para los alumnos, contribuyendo a su formación y aprendizaje.
Bibliografía:
Serrano, A., & Martínez, E. (2003). La brecha digital. Mitos y realidades.
Prensky, M. (2010). Nativos e inmigrantes digitales. Distribuidora Sek
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