Este tema fue uno de los tratados por los grupos de equipo, en cuya información me he basado para hacer esta entrada. En él se pone de manifiesto la importancia de que los niños merecen un trato especial al de los adultos. Necesitan más apoyo y más protección.
Desde la escuela (al igual que desde cualquier contexto), es una realidad que los niños merecen una serie de derechos, y por ello es necesario dejar claro cuáles son:
- Recibir una formación que asegure el desarrollo de su personalidad.
- Igualdad de oportunidades.
- Que su rendimiento escolar sea evaluado de forma totalmente objetiva.
- Una actividad académica que se desarrolle en las debidas condiciones de seguridad e higiene.
- Que se respete su libertad ideológica y religiosa.
- Que se respete su integridad física y moral y su dignidad personal.
- Participar en lo relacionado con la vida del Centro.
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¿Por qué son importantes estos derechos?
El primero se traduce en la posibilidad que debe ofrecer la escuela a los niños para poder formarse como personas, conocer sus gustos, con qué están de acuerdo y con qué no... En general, deben contribuir a la formación de su personalidad. Esto es importante, pues en un futuro deben ser críticos y razonables con lo que les ofrece su vida.
El segundo es fundamental por el mero hecho de la igualdad: lo justo es que todos tengan las mismas oportunidades y por ello esto es un derecho.
El tercero es un derecho que es necesario, pero pienso que muchas veces no se lleva a cabo. La objetividad siempre es una aspiración difícil de conseguir para las personas, las cuales somos muy subjetivas. Esto también lo se traslada al rendimiento escolar, el cual en ocasiones no se evalúa objetivamente sino que se deja llevar por otros factores sujetos a la personalidad del profesor. También hay que decir que existen profesores muy competentes que desempeñan su trabajo adecuadamente, siendo objetivos con los resultados de los niños. De cualquier modo, este derecho es muy importante para poder garantizar el conocimiento del rendimiento del niño tal y como es, y poder realizar así actuaciones que favorezcan dicho rendimiento.
El cuarto parece obvio pero no hay que olvidarle. La seguridad y la higiene son dos factores fundamentales en una enseñanza de calidad.
El quinto hace referencia a la libertad ideológica y religiosa. La educación busca acabar con la intolerancia religiosa, pues todos tenemos derecho a tener nuestra propia ideología y religión y no por ello merecemos ser menospreciados, rechazados o discriminados.
El sexto es también imprescindible: la dignidad de un niño o de cualquier persona adulta jamás debería ser violada. Todos tenemos el mismo valor como persona y hay que contribuir a cultivar ese valor.
El séptimo y último de la lista refleja la importancia de la participación de los niños en el centro, lo cual es un derecho. No deben ser excluidos de toda actividad realizada en el mismo; deben estar en todo momento integrados en la dinámica educativa del centro.
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En conjunto, creo que el profesor no debe olvidar que el alumno es el protagonista del centro y es quien debe crecer y desarrollar su persona. Por ello, se deben cuidar todos estos derechos, para garantizar así una buena educación de calidad que promueva el correcto desarrollo de los niños.
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